A ver. Antes de entrar en materia debo explicar que yo no voy con la piel fina por la vida. Yo soy, mayormente, de buen compás.
Dicho esto, ni me ofendo con facilidad ni me pongo en modo hater a la primera de cambio.
Ahora sí, te voy a contar una historia.
Presta atención.
No sé si sabes que yo sigo el método curly girl. Si lo sabías, bien. Y si no lo sabías, bien también.
A mí este método me parece muy sencillo, la verdad. Pero de vez en cuando veo algún vídeo o alguna recomendación.
El caso es que estaba suscrita al canal de esta mujer y me saltó un aviso de un vídeo nuevo. “Ah, pues pues lo voy a ver”.
El vídeo hablaba sobre cómo utilizar un aceite antes del champú. Lo que llaman por ahí un pre-poo (yo lo siento, pero leo “poo” y no puedo evitar pensar en una mierdecilla sonriente).
El caso es que estaba viendo el vídeo cuando la buena mujer dice dos cosas, no seguidas, pero casi:
Como ya tengo varios vídeos hablando de los tratamientos pre-poo, os dejo aquí el enlace a otros vídeos donde os explico qué son y para qué sirven.
Si esto que te estoy contando no te interesa (estaba hablando del INCI del aceite) vete al minuto once de mi vídeo.
Y entonces yo pensé: ¿Minuto once? ¿Cuánto dura este puto vídeo?.
Así que miré y el vídeo en cuestión duraba 30 minutos exactamente.
O sea, que no me vas a explicar qué es un pre-poo, porque para eso ya me llevas a otro vídeo, y si no me interesa el INCI del aceite me empatas al minuto once. Y el resto del puñetero vídeo, en los 19 minutos restantes, ¿qué me vas a contar?.
¿De verdad puedes hacer un vídeo de 30 minutos en el que no me cuentas nada?
Pues sí, lo puede hacer.
Me tragué el vídeo a pesar de que todas las señales indicaban que iba a ser una auténtica poo (sin pre).
Y al rato concluí: soy idiota. Acabo de perder 30 minutos de mi vida.
Te juro que echaba chispas. Pero no terminaba de entender por qué.
¿Por qué estaba tan enfadada? Solo era un vídeo, solo eran 30 minutos, tampoco era para tanto… ¿Verdad?
Lo entendí unos días después hablando con una amiga que también sigue el método curly girl. Ella también estaba ofendida, y no por el vídeo que había visto yo, sino por la mayoría de youtubers que hablan sobre el método.
Le expliqué lo que me había pasado con el vídeo y ella me entendió y me dijo: Lo que nos pasa es que el método curly de estas tías no nos sirve, porque no somos youtubers que viven de eso. Nosotras necesitamos el método curly girl para madres que trabajan, porque yo no tengo 50 minutos para secarme el pelo como dicen ellas (al mínimo de calor y con la potencia más baja)… Yo tengo suerte si me puedo lavar el pelo y llevar a mis hijos al colegio sin llegar tarde a currar.
Y ahí lo entendí.
Pues lo mismo pasa con tu negocio. Que si no das con alguien que entienda bien cómo es y qué necesita, pues igual te dicen que lo mejor que puedes hacer por tu negocio es invertir 30 mil euros en una campaña de publicidad.
Escucha, seguro que le van de miedo los 30 mil… Seguro no, ¡segurísimo!
Y seguro que mi pelo prefiere que tarde 50 minutos en secarlo, que churruscarlo en 5 a máxima potencia.
Pues, seguro… Pero chica, en esta vida hay que ser REALISTAS.
Porque si no, te vas a frustrar. Y vas a pensar que lo estás haciendo mal, cuando seguro que lo estás haciendo genial.
Venga, vale… Que sí, que igual lo puedes hacer mejor. Pero a veces toca sobrevivir y ya.