Te habrán contado muchas historias.
Que necesitas una web, corporativa y creativa. Bonita, que posicione con SEO y sin rodeos.
Con fotos enfocadas y con textos persuasivos.
Eso es lo que dicen por ahí los gurús y los no tan gurús.
Yo llevo casi una década haciendo páginas web y te voy a decir una cosa:
NO NECESITAS UNA WEB PARA VENDER.
Lo que necesitas para vender es un producto (o un servicio) alucinante.
Eso es lo que realmente necesitas para vender. Luego ya te las arreglarás para hacerlo llegar a tus clientes.
Que sí, que no es trola. El problema viene cuando te dicen que tienes que tener una web.
Te voy a contar una historia.
Presta atención porque, después de leerla, seguramente te des cuenta de que no es que no necesites una web… ¡Es que no la quieres!
Yo tenía 15 años y era verano.
Había aprobado todo, pero mis padres se empeñaron en que fuera a clases particulares de matemáticas el mes de julio, a pesar de que, como ya te he dicho, había aprobado todo. Así de guays son mis padres.
Yo sabía que no necesitaba esas clases, sabía que me irían bien, pero no las quería. Y menos en verano.
Pero mis padres se empeñaron, y yo tuve que ir a clase.
Para colmo, he vivido toda mi vida en la aldea. Esto quiere decir que, para ir a cualquier sitio, tenía que utilizar algún tipo de vehículo (bici, coche, moto, aeroplano o pies).
Y mis padres, lejos de mandarme a una academia más o menos cercana, decidieron enviarme a la de un amigo de la familia que estaba a tomar por culo lejos.
Así que no te lo pierdas: para ir a clase tenía que levantarme dos horas antes, mi madre me llevaba hasta la parada del bus más cercana, y luego yo iba en bus hasta la academia. Me pasaba cuarenta minutos en el autobús, una hora en la academia y otros cuarenta minutos en el bus de vuelta.
Todo esto con 15 años, y en verano.
Vamos, una peli de terror para cualquier adolescente.
Mis amigas en la playa jugando a voley, y yo atrapada en un autobús.
Mis amigas, que habían suspendido la mitad, estaban en la playa ligando y yo en un puto autobús.
¿Te has dado cuenta ya de que si tú no quieres, NO necesitas una web?
¿NO? Tranqui, que te lo traduzco:
Primero:
Quién te dice que necesitas una web, seguramente no tenga claras cuáles son tus necesidades en ese momento (mi necesidad era hacer grupo con mis amigas, pasar el día en la playa y tontear con chicos). Seguro que esa persona quiere lo mejor para ti y cree que una web es lo mejor, pero igual tú quieres otra cosa.
Segundo:
Quién te dice que necesitas una web, no te va a ayudar a montar una web… Te va a decir que necesitas clases particulares pero luego eres tú quién pringa tres horas entre autobús y clase. Es decir, no te va a ayudar a montar tu web, solo te dirá que la necesitas y punto. Ya te pegarás tú con diseñadores, fotógrafos y demás fauna ibérica.
Tercero:
Terminarás hasta los cojones de la web (igual que terminé yo de las clases), porque tú no querías tener una web… Tú querías hacer otra cosa, seguramente igual de buena para tu negocio (no creo que estar en la playa me ayudase con mis matemáticas, pero puede que me hubiera dado un chute de autoestima, y eso, para las mates o para la vida, nunca viene mal).
Igual ahora estás confundida. ¿Necesito una web? ¿Sí, o no?
Si dudas, te falta información.