El otro día oí en un podcast lo siguiente:
El error más grande que existe es ponernos como objetivo la meta, y olvidar disfrutar el camino a ella. Siempre hemos tenido esa mentalidad, y se nos va la vida en ello.
Si estoy obsesionada con ser exitosa, y la meta no llega, y no llega… Todo mi caminar queda desvalidado, no aprovechado, no observado, no integrado. Y se me fue la vida en ello.
Porque las metas siempre están relacionadas con necesitar más, y el éxito debería de ser no necesitar nada. En este instante, en presencia absoluta, estás agradecida con lo que es.
Pues eso, XX. Creo que nadie lo podía haber dicho más claro.
En resumidas cuentas: ¿qué es lo que NO necesitas para tener éxito?
Jana siempre dice que ante la pregunta de “cómo quieres que sea loquesea” solemos quedarnos en blanco. Y que siempre es más fácil empezar por responder lo que NO queremos que sea.
Así que empieza por allí. Por lo que no quieres ni necesitas.
La verdadera esencia de este mensaje es que debemos simplificar.
Mi hermano el otro día me dijo: “A mí me parece que tú desde que vives allí, aunque no tengas todas las comodidades que tenías antes en Barcelona, eres más feliz”.
Y es cierto. Porque a mi me atormentaba el bululú, el ruido y las prisas de la ciudad.
Y yo quería tranquilidad. Espacio y aire. Así que me mudé a un pueblo, aunque tenga que coger el coche para ir a comprar el pan, ya no pueda pedir sushi a domicilio, y los miércoles de cine se hayan acabado.
Así que yo siempre apuesto por hacer limpieza y SIM-PLI-FI-CAR.
También en cualquier negocio.
Por allí nos venden lo maravilloso que es facturar muchillones.
Pero para poder llegar allí es necesario crear estructuras empresariales súper complejas, donde intervienen muchas personas y muchos factores.
Y sí. Has facturado muchillones. Pero también te los has gastado y además te han salido unas cuantas canas.
Recuerda la libertad por la que emprendiste al principio.
¿Para qué tienes tantos productos? ¿Has mirado cuál de todos ellos te es más rentable?
¿Por qué tienes tantos colaboradores? ¿Podrías concentrar más tareas en menos personas?
¿Para qué tienes tantas aplicaciones? ¿Quizás exista alguna que te ahorre tantos pasos?