¿Qué te voy a decir? 

La verdad es que me gustaría decirte que no es necesaria. Pero lamentablemente el juego de los negocios no funciona así.

Si quieres tener presencia, sobre todo en el mar infinito de internet, hay que pasar por el aro. No hay otra.

Grandes compañías como Pepsi o Coca Cola siempre han tenido un presupuesto gordito para pagar campañas publicitarias, aunque ya todo el mundo sepa quienes son y estén presentes en prácticamente cada rincón del planeta.

Si la publicidad no fuera 100% necesaria, no veríamos todas las cuñas que vemos en la tele. Piénsalo.

Si de verdad fuera suficiente con publicar en redes, enviar newsletters, hacer un podcast o escribir un blog, Dior no nos machacaría (o deleitaría) con Johnny Deep y Charlize Theron toda la campaña navideña con sus perfumes.

Ahora. Eso de que inviertes muchillón y luego ganas triple muchillón, así, facilito y sin esfuerzo, no es tan así.

Jana y yo invertimos 2.000€ en publicidad en Instagram en febrero del año pasado. Dijimos: venga, vamos a ver si es verdad que esto es magia.

Pues mira, no lo fue.

Yo creo que el problema no estuvo en la publicidad como tal. Creo que el problema real es que no planteamos una estrategia adecuada (aunque Jana seguro te dirá una de sus cosas haters que no tiene nada que ver con nuestro trabajo… pero eso se lo dejo a ella que te lo cuente si quiere).

Empezamos con una idea, y la cosa no chutaba. Cambiamos un poco la movida y entonces empezó a chutar un poco mejor… En medio probamos recambiar otra cosa y no pasó lo que pensamos que iba a pasar…

El caso es que estuvimos un mes modificando como locas la puerta de entrada a un embudo, que luego no llegaba a nada. Siendo totalmente sincera y autocrítica conmigo misma, no había una estrategia sólida de ventas detrás de esa campaña publicitaria.

¿El resultado? Bueno, llegamos a duplicar nuestra lista de suscriptores. Pero en ventas no conseguimos ni siquiera igualar el dinero que invertimos.

Unos meses después nos replanteamos la vida y decidimos probar otra cosa. Desde octubre estamos invirtiendo 200€ cada mes en campañas de búsqueda de Google Ads. Y los resultados son totalmente opuestos.

Lo que te quiero decir con esto es que el juego de la publicidad no se trata solamente de la cantidad de dinero que inviertes allí. Obviamente, si inviertes mucho tendrás resultados mucho más rápidos, pero para que esos resultados lleguen tienes que haber pensado muy bien para qué pones a trabajar un anuncio.

El otro día tuvimos un encuentro con un personaje que solo nos decía: yo quiero vender 10 cursos al día. Y dentro de su discurso, solo hablaba de la publicidad… Sí, a mí cada día me entran personas que luego por el Whatsapp les digo de hacer una reunión y allí les vendo.

Y cuando mirabas todo el sistema, era una mierda: tenía que escribirles manualmente uno a uno, de todos ellos algunos accedían a la reunión, y de esos una buena parte ni siquiera le cogía el teléfono el día y la hora que habían quedado… Todo este percal para acabar vendiendo una cosa de 27€.

Sí, claro… Si tú vendes 10 cursos de 27€ cada día, al mes te sacas 8.000€. Por supuesto que suena maravilloso. ¿Pero a cuántas personas tenía que impactar su publi para llegar allí? ¿Cuántos chats tenía que gestionar? ¿Cuántas llamadas tenía que hacer? Ni de coña era capaz de hacerlo realidad con ese sistema.

En fin. Que yo lo que te digo es que hagas publi, pero que pienses un poco antes de hacerla.

Si te apetece mogollón poner en marcha una campaña (o ya tienes funcionando alguna), pero se te hace bola entender todo lo que implica (que son mil variables, sí); y aún así quieres que la estrategia que hay detrás sea impecable: nosotras te podemos ayudar.

Puedes reservar un encuentro virtual con nosotras (gratis) para contarnos tus planes y ver cómo te podemos ayudar.

Carol.