Conozco pocas personas que estén satisfechas con las ventas.
Si tienes pocas, es obvio aumentarlas… Pero cuando empiezas a vender de forma regular, lo normal es querer más. Los seres humanos solemos estar insatisfechos. Si ves a alguien que factura 3.000€, seguramente quiera facturar 30.000€. Es un hecho.
Alcanzamos un objetivo y lo disfrutamos durante un corto periodo de tiempo. Al poco, estamos pensando ya en la siguiente meta.
Por eso hoy quiero hablarte del primer motivo por el que la mayoría de la gente no vende todo lo que le gustaría.
El error que comete la gran mayoría es plantear las ventas como un objetivo y no como un proceso. Me explico: si tú te marcas el objetivo de vender X plazas o facturar X cantidad de dinero, estás planteando un objetivo… Y eso, como te decía, te lleva a la insatisfacción.
La cosa cambia si, en vez de plantearte objetivos, te planteas desarrollar un proceso para alcanzar más ventas. Porque en el momento que consigues desarrollar ese proceso, podrás seguir vendiendo sin sentir el vacío de alcanzar una meta, que se traduce en “ya he conseguido esto, ¿ahora que hago?”.
Como te digo, le pasa a mucha gente.
Tengo una amiga que se propuso sacar una plaza en una oposición; se encerró en casa un año entero y consiguió su plaza… Después vino el vacío… ¿Y ahora qué?.
Tengo un colega que quiere comprarse un reloj de esos caros, de los que cuestan lo mismo que un coche. No se lo compra porque, aunque tiene el dinero, sabe que al poco se aburrirá del reloj y querrá otra cosa igual o más cara.
Este es el primer motivo para no vender tanto como te gustaría.
Si entiendes que es mejor crear un sistema para vender que marcarte un objetivo, verás las cosas de otra forma.