Acostumbramos a la gente a las cosas gratis, a cambio de nada.
El problema viene cuando quieres necesitas vender algo para mantener a flote tu negocio. Entonces surgen pequeños chupasangres, sabandijas y chupócteros que consumen todo lo que les das de manera gratuita… Te insultan, te dicen cosas chungas como: tú antes molabas, ahora eres una vendida y una yonki del sistema capitalista.
100% real. En fin.
Si no me crees mira el caso del Whatsapp: hace años, los desarrolladores de esta aplicación decidieron que, después de bastante tiempo, era hora de que las personas que utilizaban la app pagasen 1€.
UN EURO. Voy a repetirlo, para que quede claro: 1€.
Bien. La gran mayoría de la gente (entre los que me incluyo) pagamos el euro que pedían por el uso de la aplicación, y aquí paz y después gloria… Pero ¡ay, amiga!… Hubo una parte de la población que se sintió ultrajada con el euro que les pedía el Whatsapp.
Recuerdo que recibí varios mensajes de amigas que se pasaban al Telegram. Ofendidas, indignadas con los ladrones de Whatsapp que se atrevían a pedirles un euro.
Ellas tenían un iPhone de cientos de euros… Pero Whatsapp, tú no te atrevas, ¿eh? Que hasta ahora me lo has dado gratis.
O sea, que esto pasa. Si te pasas la vida dando cosas gratis, by the face, a cambio de nada… El día que decidas cobrar algo, sea un euro o sean cien, habrá quién te quiera partir la cara.
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