Ya sabemos qué es lo que opina Jana.
Esta es una conversación que he tenido con ella muchas veces… Jana lo ve desde su perspectiva: el marketing solo sirve para vender marketing.
Porque para ella la palabra “marketing” (que en su cabeza no es igual a “ventas”) tiene un significado un poco turbio.
Pero aquí entre nosotras, te voy a decir un secreto: Jana hace marketing.
Porque eso que a ella le apasiona, el branding, es una de las muchas formas que tiene el marketing.
Yo tengo una vecina bastante particular… Bueno, en realidad todos mis vecinos son particulares, pero hoy te voy a hablar sobre esta mujer en especial.
Es una señora que debe rondar los 70 años. Y es un poco hippie.
Ella vive sola y supongo que se aburre un poco… Porque cada vez que nos encontramos, se engancha y no para de hablar. Me ha explicado media vida y también ha intentado liarme con su hijo XD.
Los primeros días de cuando llegó el COVID a nuestras vidas, cuando me la cruzaba, se cubría media cara con la bufanda o la chaqueta y le faltaba poco para salir corriendo en dirección contraria… Pero al cabo de unas semanas, se volvió a enganchar:
– Mira, Carolina. Todo esto es mentira, nos están ocultando cosas. Solo quieren mantenernos controlados – Me dijo super convencida y mirando hacia los lados.
– ¿Por qué lo dices, Pilar? – Le pregunté, que a mi me gusta tirar del hilo a ver qué perlas suelta la peña…
– Yo no conozco a nadie que se haya enfermado, yo creo que se lo inventan para meternos miedo.
– Bueno, la verdad es que yo tampoco conozco a nadie que se haya enfermado aún.
– ¡Lo ves! Nos están vigilando. ¿Tú has visto todas esas líneas blancas en el cielo? Dicen que son los aviones, pero yo creo que es que nos vigilan.
Allí estaba la perla que esperaba. Y miré hacia arriba.
Era un día de esos de invierno de sol esplendoroso, ni gota de viento y ni una sola nube.
Y justo pasaba uno de los pocos aviones que se movían entonces. Iba dejando su estela blanca.
– Pilar, mi papá es piloto. Él me explicó que los días en que hay mucha calma y el aire está muy frío, los aviones dejan una estela blanca porque a través de las turbinas expulsan vapor de agua. Ese vapor, al contacto con el aire exterior, se condensa al instante. Y como no hay nada de viento, no se dispersa y se queda allí formando esa línea blanca. Mira – y le señalé hacia arriba – justo está pasando un avión.
Pilar miró hacia arriba y se quedó callada. Por primera vez desde que la conocí.
Nos despedimos ese día, y los siguientes días que nos encontramos ya no volvió a contarme nada de su paranoia.
Creo que Pilar se había montado su película en torno al confinamiento. Con la información que recibía de las noticias (bien amarillistas, no vamos a negarlo) y las redes sociales (bien desinformadas, tampoco vamos a negarlo) ella concluyó lo que buenamente pudo concluir.
Al marketing le pasa un poco como al COVID: ambos tienen negacionistas.
Y desde mi punto de vista, en ambos casos el negacionismo es consecuencia de no entender la verdad por no tener la información completa, o tener información errónea, o interpretar de forma errónea la información que se recibe.
¿Tú qué opinas del marketing?
Para empezar, quiero dejar claro qué es el marketing: es vender. Sin más.
Si hay que explicarlo mejor, entonces es todas las acciones que llevas a cabo para dar a conocer al público aquello que vendes.
Si lo piensas en frío, aunque tú no vendas nada, realmente cada día estás vendiendo algo:
Le vendes a tu hija el brócoli que tiene en el plato y que no quiere comerse.
Le vendes a tu pareja la serie que quieres que te acompañe a ver en Netflix.
Le vendes a tu vecino la buena idea que sería podar el seto que os separa.
Te vendes a ti misma que hacer yoga te va a ayudar con ese dolor de espalda.
Ahora, el problema está en la forma en la que vendes.
No es lo mismo explicarle a tu hija que el brócoli tiene muchas vitaminas y que le van a ayudar a crecer sana, que decirle que si no se lo come se queda sin postre.
Existen 3 tipos de marketing:
El que por allí llaman “marketing de la fé”. Que es igual a no hacer nada y esperar que las ventas entren por ósmosis.
El que odia Jana porque es un marketing manipulador, que se basa en hacer sentir miedo para forzar una venta.
Y el marketing honesto que solamente se centra en realzar el brillo y el valor de lo que vendes, para que la gente se enamore y te quiera comprar.
Si entiendes todo el marketing como manipulador, entonces tu propio marketing acaba siendo el de la fé.
Así que, como estoy segura que no quieres quedarte de brazos cruzados esperando a que por obra gracia del Espíritu Santo te lluevan clientxs, te propongo que empieces a pensar cómo es ese marketing honesto que quieres hacer a partir de ahora.