Hay una frase por ahí, de un tal Gary Player, que dice: Cuánto más entreno, más suerte tengo.
Me encanta. Porque rompe con la idea de que la gente tiene éxito por pura chiripa.
Yo no creo que el éxito dependa de la suerte. Sí que creo que hay factores que ayudan, pero cuando trabajas, te formas y tienes experiencia, todo se hace más fácil.
Yo llevo 14 años trabajando con una empresa de manera recurrente. Todos los meses les facturo… Unos meses más, otros menos. Es una empresa grande y seguramente tú la conoces.
Al principio, cuando la gente me preguntaba cómo es que trabajaba con ellos, mi respuesta era siempre la misma: Pues fue suerte…
Un día mi padre, ante esta falta de profesionalidad (como él la catalogó), me dijo:
– Que hayas empezado a trabajar con esta empresa está claro que fue una cuestión de suerte. Estabas en el lugar adecuado, en el momento adecuado. Pero que lleves tantísimos años trabajando con ellos no es suerte, eso es que haces las cosas bien. Y quitarte ese mérito es una falta de profesionalidad.
¡Zas! Bofetada.
Toda la razón.
Bueno pues, si tú quieres dejar las cosas al azar… Me parece bien. A veces, como te digo, es cuestión de suerte. En ese caso deberías ponerle una vela a San Judas Tadeo.
Pero si lo que quieres de verdad es tener un negocio que te dé pasta, debes tener en cuenta tres factores (en los que casi nadie piensa) a la hora de calcular tus precios.
Carol te los explica en el vídeo 3 (minuto 1) de Pretty Price.